«Te meto un puro»‏

Entre los militares está muy extendido el «te meto un puro». Como todo tiene su explicación, os copio la que yo conozco. No sé si será cierta pero es interesante.

» Por la década de los años 40 del siglo XIX, y a una sección de caballeria de la Guardia Civil, se le encomendó la custodia y el orden en el recien inaugurado Teatro Real de Madrid. Para ello, los guardias cortaron numerosas calles y dejaron otras con una única dirección de circulación.

De buenas a primeras, irrumpió un carruaje por una de las calles, y en dirección contraria. Un cabo de la Guardia Civil le dió el alto y le dijo al cochero » pero donde va, por aquí no se puede pasar en esta dirección, dé usted la vuelta y busque otra ruta.»

El cochero se empeñaba en pasar por allí, y el cabo se negaba y no aceptaba que pasara bajo ningún concepto.

Tras varios minutos de discusión, se apea del carruaje una persona, que resultó ser el general Narváez, presidente del Gobierno y el que encargó al duque de Ahumada la creación de la Guardia Civil. El presidente replicó que tenia que pasar por alli, y el cabo, impertérrito, se negaba a ceder, respondiendo » por aquí no pasa nadie, ni siquiera V.E. mi general. mis órdenes son no dejar pasar a nadie, sin excepción alguna. Mi General, si insiste en pasar por aquí, será atropellado el honor de la Guardia Civil».

El general tuvo que dar la vuelta y buscar otra ruta. Indignado, habló con el Duque de Ahumada del incidente del cabo insistiendo en que arrestara al mencionado cabo y que lo destinase fuera de Madrid.

El duque de Ahumada se negó a sancionar al cabo, replicando que habia cumplido con su deber como Guardia Civil, y ante la insistencia del presidente del Gobierno, el Duque se presentó en su despacho con una carta de dimisión suya. El general Narváez, sorprendido, no aceptó la dimisión del duque de Ahumada bajo ningún concepto.

Recordemos que el general Narváez es recordado por su extremada dureza, en su lecho de muerte, preguntado por el capellán, si perdonaba a sus enemigos, respondió que » no puedo perdonar a ninguno, ya que los maté a todos».

Con el tiempo, el general Narváez se dió cuenta del honor, la valentía y la entrega por su trabajo del cabo de la Guardia Civil y mandó al duque de Ahumada un puro, para que en su nombre se lo diese al citado Cabo.

Desde entonces, «meter un puro» se ha hecho una expresión muy popular en España.»

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